EL HOMBRE QUE CAMINA.
El hombre no asciende ni progresa, el hombre camina.
El hombre no necesita de una carrera ni de una historia, sino de un camino.
El hombre es cuando camina.
Caminar es entrar en el justo rito del vivir, entre la muerte y la aventura, entre la silla y las alas.
Es también la fuente generadora de la posibilidad, de la que emanan serenamente la fantasía y el cuento.
Basta con que el hombre tranquilamente salga a caminar para que naturalmente empiecen a ocurrir cosas.
El hombre al echar a andar su mundo.
Pero en el caminar corno impulso básico y natural no hay sujeto ni objeto.
El caminar real como gesto ontológico surge del equilibrio y la quietud.
El mundo existe por primera vez cuando el hombre camina y camina el hombre cuando acepta estar en su mundo.
Simular el mundo es simular al caminante.
El hombre no asciende ni progresa, el hombre camina.
El hombre no necesita de una carrera ni de una historia, sino de un camino.
El hombre es cuando camina.
Caminar es entrar en el justo rito del vivir, entre la muerte y la aventura, entre la silla y las alas.
Es también la fuente generadora de la posibilidad, de la que emanan serenamente la fantasía y el cuento.
Basta con que el hombre tranquilamente salga a caminar para que naturalmente empiecen a ocurrir cosas.
El hombre al echar a andar su mundo.
Pero en el caminar corno impulso básico y natural no hay sujeto ni objeto.
El caminar real como gesto ontológico surge del equilibrio y la quietud.
El mundo existe por primera vez cuando el hombre camina y camina el hombre cuando acepta estar en su mundo.
Simular el mundo es simular al caminante.
Gustavo Pila Céspedes.
Exposición "El Hombre que camina". Centro Provincial de Artes Plásticas y Diseño, Ciudad de la Habana, 1996.
Exposición "El Hombre que camina". Centro Provincial de Artes Plásticas y Diseño, Ciudad de la Habana, 1996.