EL CAMINANTE Y SU SOMBRA.
“Al Hombre le pusieron muchas cadenas, a fin que olvide comportarse como un animal: y verdaderamente el se ha vuelto mas apacible, espiritual, alegre y sensato que todos los animales. Pero ahora sufre por el hecho de haber llevado cadenas tanto tiempo, y por haberle faltado por tanto tiempo el aire sano y el libre movimiento: pero estas cadenas son, lo repetiré una vez mas, los errores graves y a la vez sensatos de las ideas morales.religiosas y metafísicas. Solo cuando la enfermedad de las cadenas sea superada, la primera gran meta sera alcanzada verdaderamente: la separación el hombre de los animales.” (Trad, de S. Giainetta, en Obras de F. Nietzsche, al cuidado de G. Col1iy M. Montinari, vol. IV, Tomo III, Milan, Adelphi, 1967).
Pensar en la posibilidad de encontrar una palabra única para decir la esencia de esta muestra es pensar aún en términos absolutos. Para Montalván y Pablos el pensamiento se fundamenta en la diferencia, que significa reconocer las condicionantes existenciales y los modos de aprehender la vida, porque la diferencia está en el principio de la huella y los rasgos que estructuran el campo de la experiencia humana. Nombrar estas diferencias no hace mas que abrir un sistema para poder entender los puntos en común entre estas dos poéticas; donde lo simbólico se constituye como naturaleza de simulacros, de huellas sin original.
Olvido y memoria están inexplicablemente relacionados en estos modos de concebir la pragmática artística. Obras como ‘El dulce encanto de vivir" manifiestan una voluntad de ocultarse en su referencialidad a condicionamientos existenciales, modo de pensar o en los limites y metas obligadas del individuo; en “Yo soy Eso” nos ubica en un horizonte mas comprensivo, donde el ser es probado como temporalidad y no tanto como articulación de pasado, presente y futuro.
El conjunto de las obras expuestas aquí significan una liberación de las obras a través de las experiencias del presente. Desde este punto de vista las obras y las existencias individuales aparecen como manifestación de una residual nostalgia metafísica. Es decir, la importancia reside en la vicisitud de vivir, en la cual las respuestas no se agotan jamas, dependen precisamente de estas alternativas.
Olvido y memoria están inexplicablemente relacionados en estos modos de concebir la pragmática artística. Obras como ‘El dulce encanto de vivir" manifiestan una voluntad de ocultarse en su referencialidad a condicionamientos existenciales, modo de pensar o en los limites y metas obligadas del individuo; en “Yo soy Eso” nos ubica en un horizonte mas comprensivo, donde el ser es probado como temporalidad y no tanto como articulación de pasado, presente y futuro.
El conjunto de las obras expuestas aquí significan una liberación de las obras a través de las experiencias del presente. Desde este punto de vista las obras y las existencias individuales aparecen como manifestación de una residual nostalgia metafísica. Es decir, la importancia reside en la vicisitud de vivir, en la cual las respuestas no se agotan jamas, dependen precisamente de estas alternativas.
Bárbaro Martínez
Exposición “El Hombre que Camina”. Centro Provincial de Artes Plásticas y Diseño, Ciudad de la Habana, 1996.