LA CONSTRUCCIÓN DE UN ESPÍRITU PROPIO. (notas de opinión acerca de la obra de Andres Montalvan).
I
Tal como si las estructuras socio-naturales del mundo en que vivimos, no fuesen mas que ‘simples construcciones’ -hechas a mano- de un sistema de ensamblajes multidisciplinarios; el dibujante, instalador y escultor Andrés Montalván, acostumbra a mostrarnos su que-HACER plástico como un mecanismo instrumental que se verifica (y: con-tiene en si) como “otras construcciones” (alternas), al margen de las establecidas por los estamentos del PODER.
II
Así el conjunto de artefactos, objetos, y proyectos que definen su OBRA se nos perfila (o: evidencia) como un “aparataje significante” que -más que nada- revela su autónomo sentido constructivista; en tanto que se erige como campus-símbolo que: territorializa las FRONTERAS DEL SER al asumir su producción ideo-estética como un sin numero (evolutivo o interrelacionado entre si) de instrumentaciones didáctico-terapéuticas que fabrican al SER (ide-M-tico) al auto-ejecutarse este, como cosmogonía.
III
Un SER (entendido en su nominación mas ontica, existencialmente hablando) que se formula a si mismo como re-presentación (o: imagen) de lo que emana (y/o sobre-vive) del SUJETO. Siempre y cuando ese SUJETO sea asimilado como una “entidad-abstracto-concreta” que se presupone una remisión tautológica (confirmada por su ineficiencia lingüística, o comunicacional. codificadora... es decir), reconocible en su propia praxis constituyente.
IV
Pragmatismo que se conceptúa como ritualidad, al instaurarse como referencia enunciativa, o como LECTURA (visceral) de los espacios del CUERPO, los SABERES y las liturgias domesticas. En... “la recuperación de una mirada interiorizada que (...) vierte su atención en aquellos aspectos que ensanchan el ámbito de un sentir que se transforma en pensar y el de un pensar que a su vez deviene sentir”. (David Pérez, en: “El cuerpo fatigado de la escultura. Poeticas de la supervivencia (y II)”, pag. 70 de la Revista LAPIZ III, 1995, Madrid. Espafia.)
V
De esta forma. -así de simple- como teleologicamente dirigido por una orientación de corte antropocentrísta (muy próxima -tal vez- al humanismo sofista” de la MASONERÍA, y sus ideales acerca de: “La construcción ética-espiritual del CUERPO”, o la devoción al: “Gran Arquitecto de la Humanidad y el Universo”), coloca sus creaciones de sentido como “ENCLAVES”, a los cuales el HOMBRE accede si el (autentico) exclusivismo discursante de sus vibraciones retoricas se nos establece ante nuestra experiencia valorativa del Arte como una planicie energética en donde la plenitud del GOCE solo se mezcla con la primera de todas las certezas. Aquella que reza del siguiente modo: solamente se sabe que cada arquitectura-ejecutoria de lo que nos categoriza, se provoca a si misma al comenzar a respondernos la PRIMERA de todas las preguntas.
Omar Pascual Castillo. Noviembre de 1997, Ciudad de la Habana, Cuba. 1997